Desde muy niña lo he visto pintando por la iglesia de San Francisco, y una mañana caminando sin rumbo por el centro lo encontré pintando parte del Jirón de la Unión en acuarela, todo en tono sepia. Lima moderna en su lienzo se vuelve colonial, todo bajo su pincel susurra nostalgia.
En acuarela u óleo, este pintor urbano va inmortalizando la ciudad y rememorando por sus jirones, plazas y avenidas lo que antes fue. No, ya no más. Don Luis Alberto tiene su taller justamente por la Iglesia de San Francisco (donde están las catacumbas, ¿te ubicas?, ahí donde siempre se encuentra muchas palomas). Muchos turistas le compran sus obras (“pero barato nomás las vendo, porque en las agencias de viajes que están en miraflores les dicen que acá en el centro todo es más barato”) y se las llevan para tener un buen recuerdo de su paso por esta ciudad. Muchos otros curiosos nunca faltamos a su alrededor, cuando se instala en algún lugar (como en el pasaje que está por la alameda de Chabuca Granda, que da a la oficina de correos), al que vuelve varias veces para terminar de pintar algo.
Maestro de maestros, Luis Alberto también da clases de pintura. Cualquier interesado, puede buscarlo por las calles de Lima... y si tienes suerte, tal vez lo encuentres.
10/6/08
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